domingo, 5 de junio de 2011

No hay nada que no me guste

- No hay nada que no me guste. - Negué con la cabeza tras reflexionar unos instantes-. Nada.
- ¿De verdad?
- Me gusta la ropa que llevas, me gusta lo que haces, lo que dices, cómo andas, cómo te emborrachas. Todo.
- ¿Te gusta como soy?
- No sé cómo cambiarías, así que ya me va bien como eres.
- ¿Cuánto te gusto?
- Como para convertir en mantequilla todos los tigres de las junglas del mundo entero.
- ¡Ah! - Midori parecía satisfecha-. ¿Me abrazas otra vez?

Tokio blues - Haruki Murakami