Hace un rato, a eso de las seis y media de la tarde, había acabado de estudiar y estaba en la cama con la persiana medio bajada y la luz apagada, con mi gato y la manta. Detrás de los cristales sonaba la lluvia, cual película romántica de antaño. Y estaba tan tranquila y relajada que parecía increíble que ahí fuera el mundo siguiese a su ritmo habitual.
Para siempre
Hace 3 años