jueves, 18 de agosto de 2011

Mientras mi gato duerme

Amanece un día tranquilo, de esos que tanto me gustan. Tiempo apacible, ni calor ni frío, al menos de momento. Me encanta la sensación de despertar en la mañana y no tener obligaciones a la vista, saber que puedo dedicar las horas a hacer aquello que me apetezca en cada momento. Y no pensar en ti, ni en nadie.

5 comentarios:

JOAQUIN DOLDAN dijo...

lo malo de no pensar en nadie que uno lo hace cuando no lo esta haciendo(puf no entendí ni yo mismo el comentario)

CMQ dijo...

Disfrútalo!! (ainsss, yo también quiero días de esos...)


(Por cierto, tu blog no se actualiza en los blogroll...)

Anónimo dijo...

Buenos días signorina Aída.

Todos somos naranjas enteras, no necesitamos medias para vivir.

Baci.
Sicilia

Anónimo dijo...

¡Ole, por ti, SWEET AIDA! Así se habla, di que sí!

Aquí, sin embargo, hace mucho calor mediterráneo, de ese asquerosamente pegajoso, pero todo se arregla con una duchita fría y un par de caipirinhas (no más..., ¡eh'!).

Besukis,

Ámber

Anónimo dijo...

Me encanta. :)